José Antonio Muñoz García, 52 años. “La Bestia de Almansa”.

Apodo puesto por Carlos Tarque tras un arrebato de locura en el escenario y romper la batería en mitad de un concierto de “Los Rollers”.
A lo largo de su vida, ha tenido muchos oficios: zapatero, carpintero, constructor, ganadero, montador de escenarios, y sobre todo, músico.

Como batería, ha tocado junto a artistas muy famosos frente a miles de personas, pero disfruta igual “bajándose al barro y darlo todo tocando los timbales en las Fiestas de Mayo y acabar con las manos sangrando. Me da igual si hay diez personas o noventa mil, lo importante es tocar y disfrutarlo. Tengo uno de los mejores trabajos del mundo”.

De su época al frente de “La Cabaña”, Muñoz lo recuerda como una de las mejores épocas de su vida: “allí han pasado cosas muy bonitas, he tenido a mis mejores amigos y hemos criado a varias generaciones. Allí, han coincidido en una noche y a la misma vez, abuelos, hijos y nietos”. Pero tras 25 años, la pandemia obligó a cerrar ese capítulo de la vida almanseña.

Como anécdota, cuenta como una noche, alguien se bebió una botella o dos de vino de @bodegaspiqueras, y “se puso “calentujo de más. En un momento dado le perdimos la pista y pensábamos que se había ido al hotel. Pero erramos el bar, y de madrugada llamó la Guardia Civil porque había saltado la alarma de dentro del bar. Esta persona se había quedado dormida en los aseos, y no nos dimos cuenta”.

Pero si hay algo que José Antonio tiene claro, es que sus mayores alegrías están en casa. Su esposa y sus hijas son su pilar. “Los grandes momentos de la vida son importantes, pero lo que realmente vale es llegar a casa y sentir que ese es tu hogar”.

Muñoz piensa de Almansa que: “A pesar de que el ocio cada vez peor, es un sitio envidiable, no cambio mi pueblo por nada del mundo. Aquí tenemos calidad de vida. Es un sitio tranquilo, seguro. Soy de Almansa, para bien y para mal.”.

Y sobre cómo quiere ser recordado, no hay dudas: “Quiero que la gente piense en mí con una sonrisa, que recuerden alguna «jilipollez» mía o algo que les hizo reír. La vida no hay que tomársela demasiado en serio. Hay que vivir, disfrutarla y reírse”.

José Antonio Muñoz García